martes, 17 de enero de 2012

Me quema tu simplicidad

No quiero impresionarte,pero sé tocar la pandereta.Pequeñas cosas que me interesan ; giro la cabeza y sigo leyendo.Es mi libro favorito,uno de tantos. Espero unos segundos más antes de levantarme y decidir que ya es hora de empezar a caminar en otra dirección,que hoy no quiero ir a casa.Con los dedos dentro de los guantes,consigo hacer una perfecta bola de nieve,tomo impulso y la tiro.Después de quedarse incrustada en el cristal de tu habitación,empieza a resbalar y tu figura surge iluminada. Me tambaleo un poco por la fuerza aplicada al lanzamiento y sonrío.Estoy aquí otra vez,como hace dos noches,como acordamos.Y no me importan los copos de nieve que empiezan a caer y se derriten cuando tocan mis mejillas sonrojadas,ni el aire que arrecia contra mi cuerpo.Todo es por esa llamita que vale para calentar todo mi cuerpo,esa que nace tan adentro.
Entonces,abres la ventana,me susurras que enseguida estás y me quedo apoyada en el árbol de tu casa.Nada más verte siento que algo está bien.Realmente bien.

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